domingo, 10 de abril de 2016

Estibar un kayak

Un kayak, es una embarcación pequeña y manejable en tierra. Esta es indiscutiblemente una de sus ventajas sobre otro tipo de barcos, pues podemos transportarlo en trayectos cortos con un pequeño carro y en mayores distancias usando un coche con  baca. Gracias a esto, podemos navegar en lugares lejanos donde cualquier otra embarcación mayor (excepto las remolcables) no podría, por simple cuestión de tiempo, si tiene que ir navegando.

Almacenar un kayak también es cosa sencilla, y todos tenemos su espacio preparado para ello, ya sea en un garaje, en un hangar o en el jardín... 

Hay situaciones especiales, en las que trasladamos el kayak de manera diferente. Es el caso del transporte en la cubierta de un velero, como haremos durante la próxima Travesía de los Locos . Esta ruta de 577 millas la realizaremos tres palistas en formato de relevo, de manera que un kayak siempre esté en el agua durante la navegación (día y noche). Una vez concluido el turno de paleo, otro palista sustituye al anterior, y así sucesivamente. Tenemos una embarcación de apoyo que permitirá a los kayakistas comer y descansar, pues la ruta es larga (11 días de paleo) y una gran parte de ella en mar abierto.

Cada vez que hagamos un cambio de turno, hay que subir el kayak a cubierta y bajar el siguiente. Esta entrada trata sobre las pruebas que estamos haciendo para estibar el kayak en cubierta, sin que sufra desperfectos (ni él, ni la cubierta del velero) durante la navegación.  

Como siempre, la simplicidad es la mejor estrategia, y por eso vamos a usar dos simples tubos flotantes, de esos que se pueden encontrar en el chino del barrio.


Con un par de cabos pasantes por el orificio que recorre el interior del tubo le damos forma. 


El casco está protegido y no toca nada, si disponemos los dos aros en el lugar adecuado.


Es conveniente fijar el cabo para que no se salga, en este caso con un par de bollarines (de esos que siempre te encuentras navegando) y cortar el tubo a la medida de su posición.



Y listo...


El artilugio no pesa nada y es muy barato.

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