Algunas imágenes de este increible itinerario, que hemos realizado a base de pedal y pateo ...
El trazado costero de la Ruta Vicentina es básicamente pedrestre, forzamos las posibilidades ciclables dentro de lo posible.
Saliendo de Sines, hacia el sur por uno de los escasísimos carriles-bici.
Ya desde el principio, hermosas vistas... viento fresco y cielos limpios.
El paraje espectacular
Posibilidades de foto a cada momento.
Algunas zonas con protección de la vegetación dunar, cerca de las poblaciones y miradores.
Pueblos con encanto.
También hay buenas dosis de polvoriento gravel, aquí eché de menos mi footbike especializado en ellos.
Uno de los motivos para la elección de esta zona es estudiar la costa desde tierra, porque es la que me falta para completar la circunvalación en kayak de la península ibérica. Es un mar duro, con pocos escapes.
La ruta no la teníamos demasiado preparada, por lo que utilizamos los recursos locales para ir adaptando las etapas.
Se hace difícil percibir las dimensiones de los acantilados, sin referencias humanas... puntito naranja..!
La Ruta Vicentina está marcada con los trazos verde y azul, coincidiendo en puntos con el trazado del GR 11 rojo y blanco.
Algunos tramos conectores entre acantilados atraviesan bosques de pinos con piso arenosos, y otros, túneles de vegetación, especialmente aquellos senderos que van a playas.
¿Te gustan los single tracks?
Cada cabo, un espectáculo.
Como es normal, hubo algún pinchazo..
Al igual que doblar un cabo navegando, con su faro, tiene un interés especial, lo mismo nos ha ocurrido en esta ocasión por tierra.
Alguna etapa no era ciclable en absoluto, por lo que optamos por dejar los vehículos e ir andando.
Algún tramo en el que había que bajarse...
O portear...
Muchos tramos arenosos
Aquí las bicis tienen ventaja sobre el footbike, pero a base de esfuerzo se avanza.
Renuncia, y pie a tierra.
En el cabo de San Vicente con niebla.
Todo se acaba.
Buen tute se han llevado...
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