jueves, 15 de mayo de 2014

Palear con viento



Con la rasca que tenemos hoy por mi zona de paleo, se me ocurre que es una buena oportunidad para hablar de este tema. Para nosotros kayakistas, el viento y las olas son los elementos que más influyen en nuestro desplazamiento, y ambos están directamente relacionados.


Nuestra embarcación es muy pequeña y ligera, por lo que condiciones que no ofrecen dificultad para la navegación a barcos más grandes, pueden convertirse en duras para avanzar a fuerza de paleo. Dicho esto, afortunadamente, el kayak de mar es muy marinero y en manos expertas tiene unas enormes posibilidades de navegación. 

El equipo que utilicemos es importante a la hora de mejorar nuestra técnica de paleo en presencia de viento. No es lo mismo usar un kayak con mucha obra muerta que otro con poca (pues la superficie que ofrecemos al viento es diferente). Tampoco es igual navegar con un kayak largo que con otro corto. Todavía tiene más relevancia para la técnica si llevamos timón o no, y en su defecto, si nuestro kayak está equipado con orza o carece de ella.

  
Lo mismo ocurre con la pala, la influencia del viento (efecto vela) sobre la hoja que tenemos arriba es muy diferente en groes, europeas y wings. Al igual que la capacidad de empuje para ascender o bajar una ola, es distinta según lo que tengamos en las manos.


Desde mi experiencia de muchos años ya… me temo…. Soy partidario de tener un equipo versátil, que me permita hacer más o menos “de todo”, sin tener que cambiar de kayak y pala, según vaya a: surfear, hacer tiradas largas, rutas rápidas, rockhopping …..etc. Por ello tecnifico con mi kayak y pala habituales, que me van al pelo por mis características y gustos personales.

Lo anterior no significa que no tenga claro que lo mejor para coger olas es un kayaksurf, para ir rápido un surfski, para esquimos una groe, para una buena velocidad de crucero una wing……

Por ello, lo que aquí hablo, al igual que en el resto de las entradas del blog, se refieren a lo que considero el auténtico kayak de mar: navegar con una buena pala europea y un kayak técnico con orza, equipado para travesía. Y desde ese punto de vista está escrito lo que viene a continuación.

Cuando tenemos viento en la mar, en razón al tiempo que lleve soplando y de su intensidad, vendrá acompañado de nuestras amigas las olas. Más o menos grandes, con mayor o menor frecuencia etc… Si el viento ya está entablado, y nos olvidamos de otros factores como la corriente, la profundidad, rebotes etc, olas y vientos vendrán de la misma dirección y serán más o menos estables (aparte de las rachas correspondientes).


Si estamos en aguas abiertas, la influencia de ambos agentes sobre nuestro paleo puede enfocarse fundamentalmente en relación al ángulo en que nos llegan mientras paleamos. A favor (downwind), en contra (upwind) o de través (crosswind). Me olvido de direcciones intermedias (ceñida y largo), que son componentes de las anteriores.

Downwind
Deseado por los expertos, temido por los novatos. Si se sabe aprovechar permite una navegación rápida y divertida, aunque con grandes olas es difícil.



La percepción que tenemos es que el viento es menor del realmente existente (nos movemos con el) por lo que el viento aparente disminuye.

Nuestra preocupación será que la ola no nos cruce el kayak, por lo que si no vamos seguros, orza totalmente bajada. Utilizamos básicamente el timoneo de popa y paladas correctoras. Importante jugar con los apoyos, en este caso apoyos bajos (low brace). Las correcciones del rumbo deben ser precoces, una vez que el kayak empiece a cruzarse es complicado devolverlo a su lugar.

El truco para una navegación rápida radica en saber cuando aumentar la cadencia de paleo y cuando relajarla. Nuestro indicador es la proa del kayak, cuando la vemos bajar aumentaremos el ritmo, y cuando la veamos subir lo ralentizaremos para descansar. Si lo hacemos bien surfearemos, si no, la ola pasará bajo el casco y notaremos como nos frena a la vez que vemos alejarse la cresta.

Lo normal es que con el downwind aumentemos nuestra velocidad de crucero, aunque cansa si queremos aprovechar todas las olas.

Crosswind
Con vientos cruzados, la tendencia del kayak será aproarse, es decir llevar la proa a barlovento. Para corregir esto, usaremos varios recursos: canteo, separar más la pala del casco por la amura de barlovento, paladas correctoras, incluso circulares y calar la orza más o menos hasta que nuestro rumbo se mantenga estable (generalmente hasta la mitad).
 

Si las olas son grandes, te romperán encima, por lo que es buena idea inclinarnos un poco hacia barlovento, para evitar el eventual vuelco.

El ángulo de paleo deberá ser más bajo, tanto como necesitemos para que la hoja que está arriba se afecte lo menos posible por el empuje lateral que recibe. En caso de ráfaga, conviene no luchar (eso nos desequilibra) y dejar que el viento nos mueva la pala, corregimos sobre la marcha con el siguiente ciclo. El paleo debe cambiar para aumentar el apoyo, en detrimento del avance.

Aquí también haremos apoyos, en este caso sobre la ola, que serán bajos (low brace) o altos (high brace) dependiendo de su altura.
 

Si nos encontramos cómodos, podemos jugar un poco aproándonos ligeramente cuando llegue la ola, de manera que subamos por ella, para utilizarla con  un corto surfeo que nos vuelva a nuestro rumbo. Para girar el kayak hay que esperar a estar en la cresta, es en esta posición donde se liberan las puntas de la embarcación y el giro sobre el caso es rápido.

Upwind
La sensación que tendremos con el viento de cara es que hace más del que realmente hay. El viento aparente aumenta, pues se suma a la velocidad del viento real la del kayak. Desgraciadamente no aumenta demasiado si es fuerte, pues nuestro desplazamiento contra la ola es lento. Nuestra percepción de velocidad subjetiva también será engañosamente elevada. La manera de contrarrestar  en este caso es sencilla, apretar los dientes.


Con la ola de frente tendremos mayor estabilidad y estaremos más tranquilos pues la vemos venir y nos será más fácil gobernarla. Aquí podemos dedicarnos al paleo de avance más que de apoyo, aunque siga teniendo un ángulo bajo. La orza totalmente levantada.

En este escenario nos también nos vale aquello de acelerar cuando baje la proa (cuando hemos sobrepasado la cresta), pero no podemos relajarnos mucho cuando la ola nos levante la nariz, pues nos pararía en exceso.

En este caso, al igual que en los dos anteriores hay una regla de oro, si nosotros gobernamos la ola, vamos bien, si la ola nos gobierna a nosotros “chungo”. Por esto hay que estar fuerte para palear con viento, debemos poder mover el kayak a donde queramos y con velocidad/potencia, si nos quedamos a merced de la mar todo lo anterior no sirve. 

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