Los navegantes marinos utilizamos como soporte de nuestras travesías la carta náutica, como no puede ser de otra manera, ya que es ahí donde encontramos la información necesaria para planificar y apoyar nuestras rutas.
Sin embargo, los kayakistas somos unos navegantes particulares, como consecuencia de la manejabilidad de nuestra embarcación, tanto en el agua como en tierra, que nos permite embarcar y desembarcar en lugares en que otros barcos no pueden.
Cuando planificamos nuestras rutas o cuando decidimos hacer un desembarque no planificado, es fundamental disponer también de datos de tierra, para ver si esa playa o cala tiene acceso de alguna vía de comunicación, camino etc, así como la distancia a poblaciones o servicios concretos, como el transporte público... por ejemplo. No sea que nos encontremos con complicaciones para salir de ahí por tierra, o recibir apoyo.
Personalmente, llevo en mi funda estanca por un lado la carta náutica, y por el otro, el mapa topográfico, de la misma zona y en la misma escala. Con esto estamos perfectamente cubiertos.
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